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Foto del escritorJahir Ramírez

EL NOTARIADO COMO ASPIRACIÓN DE OFICIO JURIDICO

Dentro de las inmensas posibilidades de desarrollo profesional que provee el ejercicio del Derecho, existen ciertos oficios jurídicos que tienen una especial relevancia para los licenciados en Derecho, ya que representan una figura central en el escenario jurídico y además, porque la tradición ha fomentado que se consideren como titulares de ciertas cualidades que representan el refinamiento profesional que todo Abogado desea tener.


 

Cada quien, según las circunstancias que le ha tocado vivir y los valores que consideren, en su particular punto de vista, como más significativos para el ejercicio del Derecho, tenemos un profesional ideal. Para algunos puede ser un Juez, quien detenta la importante función de decir el Derecho y dirimir los conflictos entre particulares, garantizando con ello la supervivencia del Estado de Derecho y la armonía social. Para otros el del Abogado, quien se encarga de defender los derechos de su cliente frente a terceros con intereses contrapuestos, definiéndolo su propia etimología: "quien habla por otro"; entrañando la esencia más noble de la profesión, la defensa frente al arbitraje o el atropello; quienes llevan a cabo este oficio en particular, desean acaparar con carácter de exclusivo el título de abogado, como un signo de distinción y para conservar el origen esencial de la profesión, por lo menos en cuanto al nombre.


Para mí en lo particular, el oficio jurídico que considero más dotado de virtudes y de esa especial mística que entrañan las cosas de abolengo y tradición, es el Notariado. El Notario ha pasado de ser un oficial público a un profesional del Derecho independiente, él es testigo de todos los cambios que ha sufrido el ejercicio de la profesión, detenta como herramientas indispensables para el ejercicio de su oficio la erudición, la prudencia y la probidad cabal. En sus manos se pone la certeza en las relaciones económicas y patrimoniales de los particulares. En sus manos están la seguridad jurídica de nuestro sistema legal. Su función es preventiva, es decir, toda su sapiencia y prudencia deben de tener como objetivo primordial el prevenir un conflicto futuro entre las partes que ante él acuden.


Los licenciados en Derecho más eruditos, más cabales y más dotados de virtudes profesionales que he conocido, han sido Notarios, suspiro por ser uno de ellos, o cuando menos a poseer con mediana las virtudes que los distinguen.

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